INSTRUCCIONES. Alumnos de Ingeniería, por favor lean el siguiente documento que preparé para que haya una mejor comprensión de la unidad correspondiente a Mercados financieros, tendrán que presentar en clase presencial un resumen de dicha lectura en donde destaquen las ideas principales de dicho documento, haré preguntas aleatorias al respecto y ello corresponderá a posibles puntos o participaciones. Fecha de entrega: 2 de marzo de 2012.
LA BOLSA
¿Qué es la bolsa?
En economía, todo funciona según el principio de la oferta y la demanda; si deseo una botella de vino, yo solicito vino (demanda). Voy entonces a visitar a un comerciante de vinos (oferta), que vende botellas de vino. Buscaré lógicamente la oferta más interesante para mí; buscaré, efectivamente, al comerciante de vinos que proponga el tipo de vino que yo desee (Burdeos, Borgoña, etc.), así como la mejor relación calidad/precio para ese tipo de vino (por ejemplo un Burdeos de 1974 con un precio de 10 euros). Cuando encuentre al comerciante de vinos ideal (la oferta ideal), pondré fin a la transacción (comprar el Burdeos deseado y convertirme en el demandante de la transacción).
En la Bolsa, es igual: la Bolsa es un gran almacén de vino, donde se encuentran una cierta cantidad y una cierta variedad de vinos de calidades diferentes. El equivalente a todos esos vinos en la Bolsa son los activos financieros. Existen diferentes tipos de activos financieros negociados en la Bolsa, tal y como existen diferentes tipos de vinos en el almacén; se encuentran así las acciones (la acción “Renault” representará así una parte del valor de la empresa Renault, es decir, una parte de su capital) y las obligaciones (que son reconocimientos de endeudamiento con intereses en jeugo, es decir que a cambio de la oferta de una obligación, el demandante debe aportar una suma de dinero que será devuelta con intereses por quien haya ofrecido la obligación).
· Para la acción, como para el vino, encontramos la Bolsa (el almacén de vino), el vendedor- ofertante (el comerciante de vino) y el comprador-demandante (yo mismo, que compro el Burdeos), que forman las dos contrapartidas de la transacción, así como el emisor de la acción (el productor de vino o viticultor, que representa el origen de la presencia de las botellas en el almacén). Por ejemplo, la empresa Renault emite en el mercado bursátil (en la Bolsa/almacén de vino) un número de acciones Renault, cuyo valor total equivale el montante del capital de la empresa.
· La obligación es por su parte similar a una cartilla de ahorro: la cartilla es el activo (obligación), que prueba que he prestado una cierta cantidad de dinero (el precio de la obligación) a un banco (el emisor de la obligación, a quien yo he prestado la suma de dinero a cambio de esta obligación –por ejemplo, la empresa Microsoft en el caso de necesitar dinero líquido para sus inversiones). Así, suscribiendo (es decir, comprando) una obligación, prestaré (oferta) dinero a un emisor (demanda), teniendo aquel la obligación de me reembolsar esa suma y sus intereses en una fecha fijada por el contrato de la obligación (activo financiero).
En el mercado del vino, están los pequeños comerciantes del pueblo, los comerciantes más importantes de las ciudades y los grandes estantes de vino en los supermercados (ofertas de tamaño diferente). Paralelamente, hay en este mercado demandes de valor diferente: cada consumidor de vino tiene un poder de compra personal –el salario que genera su empleo, etc.- y presenta por lo tanto un peso financiero –una capitalización- diferente, que le permitirá la compra de botellas más o menos caras.
En la Bolsa, es similar: se pueden encontrar diferentes agentes económicos con un peso financiero específico, como el pequeño bolsista de pocos recursos (por ejemplo, el señor Dupont, que ha comprado acciones Renault pour un valor de 250.000 ptas y que espera ver subir estas acciones –aumentar su valor-, y así venderlas más caras de lo que él las compró para obtener un beneficio), el Fondo Colectivo (un gerente de cartera que gestiona por cuenta de un gran banco los activos de varias personas, que le han confiado sus ahorros, y que posee así un capital más importante), el Fondo de Pensión (asalariados que ingresan cada mes en un Fondo un porcentaje de su salario y que seran reembolsados con bonus durante sus pensiones por este Fondo, gestionado por un gran banco que busca simultáneamente obtener beneficios por su propia cuenta).
A continuación, si la demanda de vino aumenta y si el viticultor (productor de vino) quiere seguir esta demanda, él deberá aumentar su capital y producir muchas más botellas para ofrecerlas a los almacenes de vino (las Bolsas de cada país). Por consiguiente, cuantas más botellas emita el viticultor en el mercado del vino, tanto más deberá aumentar el capital disponible para invertir (material agrícola, salarios para la mano de obra suplementaria necesaria para aumentar la producción…).
Para las acciones, es similar: a medida que el emisor de acciones quiera aumentar su capital, él deberá emitir más acciones en la Bolsa. En efecto, ya que una acción Renault equivale a una parte del valor de la empresa Renault (capitalización), cuantas más acciones emita en la Bolsa la empresa Renault, más aumentará su capital.
Paralelamente, cuánto más aumenten los consumidores de vino (demanda), más botellas venderán y mayores seran las plusvalías de los comerciantes (e inversamente). En la Bolsa, es igual: cuántos más compradores de acciones Renault ( de Burdeos) en la Bolsa (almacenes de vino), más subirán las acciones Renault (e inversamente).
Finalmente, cuantas más botellas botellas de Burdeos “Mouton Cadet” producidas en 1074 haya, serán menos difíciles de encontrar en el mercado y su precio disminuirá (tras la competencia de precios realizadas por el gran número de comerciantes que poseen este Burdeos) –la competencia de la oferta hace bajar el precio. Al contrario, el productor de vino, si sabe que existe una gran demanda de este vino, producirá sólo un cierto número de Burdeos “Mouton Cadet 1974”, que él estará convencido que venderá (ya que hay una gran demanda de este vino) a un precio superior (ya que la oferta es menos importante que la demanda, que entra en competencia para adquirir el vino) –la competencia de la demanda hacer subir los precios.
En la Bolsa, es igual; si Renault, frente a la fuerte demanda de sus acciones en el mercado bursátil, continúa a emitir al mismo ritmo, la cotización de la acción apenas aumentará. Por el contrario, si la demanda de acciones Renault es todavía superior (si los agentes económicos suscriben cada vez más acciones Renault), y Renault no emite muchas más acciones, la cotización de la acción Renault subirá fuertemente (y su capitalización por el mismo motivo).
El funcionamiento de la Bolsa
Como recordatorio, en la Bolsa se prestan o se toman prestados valores a largo plazo, mientras que el mercado monetario y el mercado de cambios engloban valores prestables a corto y medio plazo.
La Bolsa está compuesta de un mercado al contado (las transacciones se arreglan directamente, es decir, que los títulos financieros –acciones, obligaciones…- son pagados y obtenidos inmediatamente por la persona que los suscribe en ese mercado) y de un mercado a término (las acciones se soldan a término, es decir que los títulos financieros sont negociados a un precio que es fijado el día de la transacción –por lo tanto al contado-, pero son pagados y librados en una fecha posterior –yo decido así con mi comerciante de vino reservar une botella de “Mouton Cadet 1974” para la semana próxima al precio de hoy, esto incluso si el precio de la botella ha aumentado de aquí a la próxima semana: es en este mercado a término dónde se negocian los productos derivados –futuros, forwards, options…-).
En el mercado a término encontramos el vendedor a término o “bajista” (el bajista vende hoy un título que espera volver a comprar a término a un precio inferior y así obtener una plusvalía –es decir, un beneficio) y el comprador a término o “alcista” (que compra hoy un título que espera revender a termino a un precio –o una cotización- superior y así ganar una plusvalía –como el comprador de una botella de buen Burdeos que espera revenderla más tarde a un precio superior, después de haberla conservado en su cava). Además, este mercado a término permite adquirir (suscribir) un título financiero sin tener el capital para comprarlo (basta entonces con un depósito de garantía o una prima para poder especular con este título –especie de avance pagado al vendedor de vino, prueba de mi solvencia que le asegura que vendré a comprarle mi “Mouton Cadet” la semana próxima; así, incluso si el precio de la botella ha aumentado al cabo de una semana, compraré el “Mouton Cadet” al precio fijado la semana anterior en el contrato con el comerciante de vino, y tendré por lo tanto una botella que tiene un valor superior al precio que yo he pagado en realidad).
A continuación, un mercado (sea a largo o a corto plazo) se divide en dos compartimentos: el mercado primario (que es el conjunto de títulos emitidos recientemente –es el mercado que concierne al viticultor colocando sus botellas en el mercado del vino) y el mercado secundario (el mercado secundario es aquel del cuál se habla diariamente en los periódicos, es el conjunto de títulos emitidos anteriormente, cuya posición no ha sido todavia resuelta, es decir que los títulos están todavía confrontados a la oferta y a la demanda –las botellas estan en los almacenes de vino y los consumidores negocian su compra-, es el mercado de segunda mano donde los títulos que han perdido valor pueden revenderse –como el coche en un taller-, lo cual permite a ciertos operadores limitar sus pérdidas revendiendo un título que haya bajado fuertemente –yo revendo mi coche a un precio decente para tener un cierto capital que me permita comprar uno nuevo).
La riqueza de una empresa que ha pasado a la economia del mercado financiero (es decir, una empresa que ya no se financia gracias a préstamos de los bancos sino por la emision de acciones en la Bolsa) se calcula multiplicando el número de las acciones emitidas por la cotización de la acción (por ejemplo, Renault posee 1.000 acciones Renault en circulacion, que cuestan cada una
10, siendo entonces la capitalización de Renault 10.000). Paralelamente, la capitalización (la riqueza) de una Bolsa se calcula sumando las capitalizaciones de cada activo financiero que ella abarca (por lo tanto, la capitalización de la Bolsa de Paris equivale al total de valores cotizados en su interior, al precio al cual estos valores son cotizados).
La formación de las cotizaciones de la Bolsa difiere según se hable de una obligación o de una acción:
· En el caso de l’obligación, son los tipos de interés quienes determinan la formación de su cotización; en efecto, en el caso de que la obligación emitida sea revendida en el mercado secundario (el mercado de segunda mano), si los tipos de interés estan altos, la obligación se deprecia (ya que el rendimiento de la obligación depende de los intereses devueltos), mientras que si los tipos bajan, la obligación se vuelve interesante para la empresa o para el Estado ávido de liquidez a bajo coste (ya que tendrá menos intereses a ingresar en el caso de la obligación). Por lo tanto, como es más interesante para mi banco pagarme pocos intereses por el dinero que he colocado en la cartilla, es más interesante para el emisor de una obligación (una empresa o un Estado) que los tipos de interés estén bajos en el momento de la emisión.
· Para las acciones, es mucho más la confianza de los inversores (los especuladores, bolsistas de poco alcance, accionistas…) prestan a una empresa y a los beneficios que ésta parece
capaz de crear lo que influencia su cotización. El coste de una acción dependerá de la
relación entre las órdenes de compre y venta que la conciernen (cuánto más se compre, mayor será su demanda, como en el caso de las botellas de “Mouton Cadet 1974” y el viticultor).
Pero el conjunto del mercado puede aumentar (p.e. la dimision de Lafontaine en Alemania) o bajar (p.e. el escándalo Lewinski en EEUU) por razones psicológicas y por tanto subjetivas. Es similar por el efecto de mimetismo (p.e. Soros, un operador influente en los mercados financieros, actúa de una cierta manera, lo que significa que algo va a pasar en ese sentido y todo el mundo le sigue, por lo que el mercado –es decir, el conjunto de los agentes económicos, o sea los verduleros y los compradores de verduras- evoluciona como Soros lo quería, por razones psicológicas y por lo tanto no fundadas en la economía real; hablamos en este caso del efecto rebaño).
Finalmente, los tipos de interés juegan también un papel en la cotización de las acciones; en efecto, si los tipos de interés suben (el dinero se vuelve más caro), las obligaciones son más atractivas que las acciones, y estas últimas se compran menos y pierden valor; así, si puedo elegir entre comprar mi botella de “Mouton Cadet” hoy y colocar mi dinero en la cartilla, y veré si es más interesante comprar una botella a un precio barato o guardar mi dinero y recibir intereses más o menos elevados.
Esto además de que el provecho de las empresas pasan a ser menor al mismo tiempo que el poder de compra de los consumidores, ya que un préstamo para una inversión exigirá más intereses a desembolsar por quien pide el préstamo.
El papel de la Bolsa
La emision en la Bolsa de acciones y de obligaciones permite a las empresas financiarse. Paralelamente al sistema bancario, la Bolsa constituye un de los circuitos de financiamento de la economia.
En efecto, antes de la existencia de la Bolsa, una empresa debía pedir prestado en los bancos para sus inversiones; ella pedía prestado 1 millón para 10 años y debía reembolsar esta suma con intereses. La empresa acarreaba por lo tanto este préstamo (sus deudas) en el largo plazo y pasaba a depender de este banco. Además, ella debía dar una prueba de confianza para recibir el préstamo (el banco debía asegurarse de ser reembolsada por su crédito).
Paralelamente, un Estado debía pedir prestado en los bancos para pagar sus inversiones (las inversiones públicas), después les deudas que estas inversiones suponen (la deuda pública), los intereses de esta deuda, los intereses de los intereses, etc. Por tanto existía une dependencia de los Estados respecto a los bancos (por las mismas razones que las empresas).
Así, mientras que las empresas buscan capitales para desarrollar proyectos de inversión y que el Estado debe financiar el déficit presupuestario mediante el recurso del préstamo, otros agentes como los hogares o los organismos que gestionan un ahorro colectivo (bancos, aseguradoras, Fondos comunes, Fondos de pensión…) están a la búsqueda de inversiones remuneradoras.
La Bolsa permite a estos dos tipos de interventores encontrarse: aquéllos que tienen necesidades de financiación (es decir, aquéllos cuya inversión es superior al ahorro –saldo negativo-, como las empresas o los Estados) encuentran capitales directamente a partir de aquéllos que tienen capacidad de financiación (es decir, aquéllos cuya inversión es inferior al ahorro –saldo positivo-, como los Fondos de pensión, los bolsistas de poco alcance, etc.).
La presencia de la Bolsa permite así el paso de una economía de endeudamiento (la financiación es indirecta, ya que los agentes no se encuentran directamente en el mercado sino que pasan por un intermediario –el banco-, que colecta los fondos de los prestamistas y les otorga sobre esta base créditos) a una economia de mercado financiero (las empresas aseguran su financiación por llamada directa al mercado –emisión de acciones o de obligaciones- y el endeudamiento a partir de los bancos sólo juega un papel marginal).
La introducción en Bolsa de una empresa es la ocasión de mejorar su notoriedad (la entrada en Bolsa esta a menudo acompañada de todo la pompa mediática habitual), de realizar plusvalías latentes (ensanchando el círculo de accionistas y así apelar al mercado para financiar el desarrollo de la empresa, como un productor de vino emite botellas en el mercado del vino para pagar a sus obreros, comprar material agrícola, etc.) y de mejorar así su estructura financiera (prueba de independencia a largo plazo, ya que la sociedad cotizada en Bolsa tiene la posibilidad de efectuar aumentos importantes de capital, proponiendo siempre de forma preferencial a sus accionistas la suscripción a estos aumentos, con cargo a estos últimos de vender su derecho de suscripción si no desean seguir el aumento de capital). Así, la sociedad cotizada en Bolsa actúa como un viticultor que posee varios commerciantes de vino principales; si el viticultor debe comprarse material nuevo para sus vides, venderá más botellas proponiéndolas de manera preferencial a sus comerciantes fetiche (los más importantes), susceptibles de poder comprárselas (porque poseen una clientela fiel y están seguros de poder venderlas, por ejemplo).
La consecuencia de esta economía de mercado financiero es que la obtención de fondos limpios permite reducir la vulnerabilidad de la empresa frente a los bancos, por la disminución de la carga en intereses (por lo que hoy en día los créditos proporcionados por los bancos no representan más que el 20% de les fuentes de financiación de las empresas industriales, siendo el 80% provenientes de los mercados de capitales).
Otra consecuencia es el hecho de que las empresas cotizadas tienen la obligación de publicar periódicamente sus resultados y son por tanto sometidas al examen crítico de los analistas financieros; de ahí viene el problemadel poder crecientes de los poderosos Fondos de pensión anglosajones, que imponen un ratio de beneficios del 12 al 15% a las empresas de las cuáles ellos son accionistas principales, lo que les obliga a despidos masivos para liberar capitales rápidamente (y responder así a este ratio, ya que si no, los accionistas van a ver en otras partes si las remuneraciones son más abundantes y y las acciones de la empresa –y por tanto su capitalización cae-). Una “mala” gestión provoca así la caída de las cotizaciones, ya que los inversores-accionistas se esfuerzan en evaluar el estado de salud y las perspectivas de crecimiento de las empresas (es decir, los beneficios y los dividendos potenciales de la empresa), para orientar sus órdenes de compra y venta. Así y lógicamente, una empresa no vendera sus acciones más que si ella es capaz de liberar beneficios importantes, sinónimo de dividendos para accionistas todavía más ávidos.
Así, si bien la economía de mercado financiero permite una independencia financiera a las empresas, ella implica simultáneamente una dependencia de un control exterior (sobretodo si existe uno o varios accionistas de tamaño importante como los Fondos de pensión, ya que si un accionista posee una mayoría de las acciones emitidas por una empresa, él es el propietario mayoritario de esta empresa), de ahí el hecho de que numerosos patrones de grandes firmas han sido súbitamente reeplazados después de la obtención de “malos” resultados (Kodak, IBM, General Motors, etc.); es lo que se llama el Corporate Governance (el gobierno de empresa), verdadera revolución en el mundo del capitalismo (principios de gestión trastocados), cuya eficacia depende del grado de concentración del accionariado (cuánto meons dispersado esté, más fácil y eficaz es el control, commo en el caso de los Fondos de pensión, financiados por los salarios de los trabajadores, pero que imponen una gestión –beneficios del 12 al 15 %- que impllican despidos masivos).
Es como si un viticultor no tuviese más que tres grandes comerciantes fetiche para endosar su stock de botellas; es evidente que en este caso, los tres comerciantes podrán decidir las modalidades de botellas producidas, si no ellos no las comprarán y el viticultor no podrá comprarse el nuevo material que necesita para sus viñedos.
No hay que creer, sin embargo, que este fenómeno de Corporate Governance se debe únicamente a los Fondos de pensión; el Corporate Governance depende de la concentración del accionariado, y por tanto de la facultad de los accionistas de comprar suficientes acciones, que permitan tener un porcentaje de propiedad sobre esta empresa que baste para su toma de control. En consecuencia, si un accionista posee la mayoría de las acciones de la empresa X, podrá hacer un Corporate Governance, sea un Fondo de pensión o no.
Ejemplo concreto: Philippe Bodson, DG (Director General) de Tractebel en Bélgica, es despedido por el accionista principal (Suez-Lyonnaise des Eaux) y es reemplazado por otro, sin que nadie pudiera objetar nada (esto incluso si la empresa obtenía beneficios).
Por tanto, si el accionista principal, FDP (Fondo de pensión) u otro decide lo que sea, el DG lo acata y el Estado también, nadie puede decir nada.
Es igualmente importante comprender que un gestor de Fondos no tiene el sentimiento de perjudicar a la empresa o a la sociedad en general. Al contrario, él se aplica a seguir el cambio para que su inversión (la empresa) continue teniendo beneficios (y le asegura así los dividendos necesarios para su Fondo): él la limpia para permitirle una competitividad suficiente de cara a la competencia mundial y así devolverla a la vida, a tener oxígeno suficiente (es decir, beneficios superiores al 12%). Los dividendos, son primero para pagar las pensiones de los asalariados- cotizantes. Después sirven para tener beneficios personales. Las consecuencias sociales no son asunto de un gestor de Fondos. Es por lo tanto inútil demonizar a quién hace su trabajo. Hay, no obstante, que poner en tela de juicio las legislaciones y el dejar hacer político que han permitido tales desbordamientos socialmente autodestructores.
Ya que se llega en efecto a una situación dónde son los Fondos de pensión, que existen gracias a las cotizaciones de los asalariados, quienes imponen a las empresas que no llegan a un beneficio del 12% el despido masivo de una parte de sus empleados (especie de mecanismo por el cuál el asalariado financia su eventual despido en el futuro). Además, no es un secreto para nadie el que los Fondos de pensión privados existen para paliar la incertidumbre del sistema de pensión por reparto (y se han convertido por tanto en legítimos tras el abandono de los Estados en este ámbito), sistema desestabilizado por el número siempre decreciente de cotizantes, es decir, de asalariados (por otro lado, todos los informes muestran la dificultad de supervivencia a largo plazo del sistema por reparto se basan en tasas de desempleo de alrededor del 11%, o sea, la tasa actual –lo que nos lleva a pensar que el mundo político ne se cree sus propias recetas para el empleo). Sin embargo, estos Fondos de pensión, ordenando despidos masivos, hacen aumentar el desempleo y desestabilizan todavía más el sistema de reparto, sin que nadie proponga nada eficaz en el seno del mundo político.
Recuento de los activos financieros
Empecemos por los productos colectivos que difieren sensiblemente de país a país, pero que funcionan bajo un principio semejante (tomaremos aquí el ejemplo francés): las SICAV y los Fondos Comunes de Inversión (para información, son los Mutual Funds los que juegan este papel en los EEUU). Estos productos colectivos provienen de ahorradores que confían sus ahorros a organismos gestionados por un banco, una sociedad de Bolsa o una sociedad aseguradora. Estos organismos colocan estos ahorros en una cartera diversificada de valores mobiliarios (acciones y obligaciones, negociables en el mercado bursátil o mercado de los capitales a largo plazo) o de títulos del mercado monetario (o mercado de capitales a corto o medio plazo, ver más adelante). Los ahorradores ven así sus ahorros gestionados por especialistas de la inversión del dinero, corriendo un riesgo limitado por el hecho de la diversificación de las inversiones. Así, un organismo de gestión de ahorro colectivo, gracias al hecho de poseer un capital importante (ya que el colecta los ahorros de diferentes agentes económicos), podrá colocar una parte de este ahorro a la derecha, otra en el centro y una tercera a la izquierda: en este tipo de figura, el organismo podrá permitirse perder en la derecha y ganar poco en el centro: en cuanto él gane más en la izquierda que lo que ha perdido en la derecha, él saldrá beneficiado globalmente. Es en este sentido que los fondos de gestión de ahorro colectivo pueden permitirse ciertos riesgos calculados sobre los mercados financieros, especulando en diferentes sitios siguiendo una estrategia global de inversiones sobre los diferentes mercados. Estos Fondos efectúan por lo tanto inversiones internacionales, para poder aprovecharse de las ventajas potenciales del conjunto de los mercados mundiales.
Existen dos tipos de Fondos comunes de inversión: el abierto (opend end), que emite certificados representativos siguiendo la demanda, y el cerrado (close end), que fija un capital nominal desde el principio, que ya no variará.
Por otro lado, hay que hacer una segunda distinción en la forma que tienen los Fondos de remunerar al portador, sea por cupón periódico (ek Fondo ingresa cada año los intereses de la inversión a sus clientes, incluso si esta inversión se efectúa sobre tres años o más), sea por capitalización (si el portador a suscrito un Bono por 5 años, por ejemplo, los intereses anuales son añadidos al capital y no son ingresados más que al cumplirse el vencimiento a los 5 años).
Recordemos para terminar que los productos colectivos están localizados tanto en la Bolsa (mercados de capitales a largo plazo) como en los otros mercados (el mercado monetario a corto plazo, por ejemplo, que veremos más adelante).
A continuación, en la Bolsa (mercado de capitales a largo plazo) se negocian valores muebles: las
acciones y las obligaciones.
1. Una acción es un título de propiedad que corresponde a una fracción del capital de una empresa. La acción es entonces un valor variable, ya que ella depende de los beneficios obyenidos por la empresa. Las acciones son emitidas por la empresa, en diferentes momentos posibles como en el momento de su entrada en Bolsa, de una ampliación de capital o incluso en el caso de la conversión de bonos de suscripción, por ejemplo (ver más adelante). Una acción “Renault” corresponde entonces a una parte del capital de la empresa Renault y ha sido emitida por ella; esta acción ganará o perderá valor en la Bolsa, según los interventores del mercado bursátil la compren o la vendan.
Existen varios tipos de acciones que determinan el papel del accionista en la voda de la empresa emisora:
La acción clásica (derechos idénticos de voto y de beneficios para los accionistas), la acción con derecho de voto privilegiado (derecho de voto doble para un accionista que posea laas acciones desde hace varios años; por ejemplo: 2 años de posesión de las mismas acciones de una misma empresa permiten un voto doble en el seno de esta empresa), la acción con bono de suscripción (el poseedor puede suscribir -comprar- una acción posteriormente a un precio convenido previamente utilizando el bono) o la acción con dividendo prioritario (sin derecho de voto sino dividendos otorgados en prioridad a ciertos accionistas importqantes de la empresa).
El accionista tiene el derecho de votar (su derecho de voto es proporcional al número de títulos que posee) para decisiones que afectan a los dividendos, las cuentas o incluso el despido o el nombramiento del DG. Tiene igualmente el derecho de intervenir en las asambleas generales. Él tiene, finalmente, el deber de asumir las eventuales pérdidas de la sociedad o de responder a las necesidades de fondos (aportar el capital que corresponde a sus acciones cuando la sociedad lo pide).
2. Una obligación es un título de créditoque corresponde a una fracción de un préstamo a largo plazo emitido por una empresa o por un Estado. La obligación es un valor reembolsable a término y aporta un interés fijo o variable a quién la compra (la inflación puede así disminuir el valor de la obligación, de ahí el interés de una inflación débil y estable para los poseedores de obligaciones, o al menos de tener tasas de interés superiores a la tasa de inflación para asegurar un beneficio –la inflación es la disminución del valor de la moneda y por lo tanto del poder de compra de las personas que poseen esta moneda). Por lo tanto, en lugar de pedir prestado capitales en el banco y pagar los intereses a este banco, un Estado (o una empresa) emitirá una obligación, es decir, una llamada a un interventor del mercado bursátil para que éste, por la adquisición de la obligación, le otorgue un cierto capital para un cierto tiempo, a cambio de lo cual el Estado o la empresa se compromete a reembolsarle esta suma y a plagar a término interese (fijos o variables). La obligación es a menudo considerada como un título menos arriesgado que la acción, ya que el poseedor esta casi seguro de reencontrar su capital al vencimiento (con intereses de prima), a menos que el emisor esté en quiebra (la solidez de estos emisores, es decir, la capacidad que ellos tienen para reembolsar con intereses sus obligaciones, es valorada de AAA a D por agencias especializadas).
Existen igualmente varios tipos de obligaciones: la obligación clásica (tasa de interés fija y el capital es obligatoriamente devuelto a término), la obligación a tasa variable (tasa modificada periódiamente siguiendo un indicador de tipo de interés, como la tasa mensual del mercado monetario o la tasa del mercado obligatorio –ver más adelante), la obligación con bono de suscripción o warrant (bono que permite a término la adquisición de un título ya emitido con un precio fijado de antemano –señalemos como información suplementaria que un warrant puede también ser emitido individualmente) o también la obligación convertible (que propone un tipo de interés inferior pero que puede como compensación ser canjeadas por acciones u obligaciones del mismo emisor).
Finalmente, existen también préstamos de estado (con tasas fijas o variables), destinadas la myor parte de las veces por el Estado para recoger ahorros masivos (p.e. en 1993, el préstamo Balladur –este tipo de préstamo lleva a menudo el nombre del ministro que lo ha emitido). El Estado emite así una obligación y puede así recoger a cambio dinero líquido (suma que deberá devolver con intereses). Existe también los préstamos de estado indexados, es decir, ligados a la inflación, con la cotización del or o de la moneda (como el préstamo Barre en Francia, ligado a la cotización del ECU).
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